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La Festa Major de Vilanova i la Geltrú es mucho más que una celebración puntual del calendario: es el momento del año en que toda la ciudad late al unísono. Cada rincón, cada plaza y cada calle se llena de vida, de música y de una energía especial que solo puede vivirse aquí, en casa.

Todo gira en torno a la Mare de Déu de les Neus, la patrona de Vilanova. El gran día, el 5 de agosto, no es solo una fecha señalada; es un sentimiento compartido, una promesa que se renueva año tras año. Esta devoción tiene raíces profundas que nos llevan hasta el siglo XVIII, cuando, en 1781, se fijó oficialmente esta fecha como el eje central de la fiesta.

Desde entonces, la tradición no ha dejado de crecer ni de transformarse. La fiesta combina la fe con la cultura popular, la historia con la pasión colectiva. Hay pasacalles con gigantes y cabezudos, castells que se alzan como símbolo de fuerza y colaboración, bailes tradicionales, correfocs que iluminan la noche con pólvora y emoción...

Y, sobre todo, está ese momento íntimo y solemne del Voto del Pueblo, en la plaza de les Neus, cuando toda Vilanova se une simbólicamente para decir “sí” una vez más a su patrona.

Para los vilanovins y vilanovines, la Festa Major es una expresión viva de lo que somos. Es reencontrarse con amigos y familia, es volver al barrio, es sentir que formamos parte de una historia que nos trasciende. Es el orgullo de pertenecer a una comunidad que sabe celebrar la vida con respeto por el pasado e ilusión por el futuro.